jueves, 14 de agosto de 2014

Momento Cultural: La mocha de José Miguel Neira y Florencio Guajardo

Era finales del 1816... o quizá comienzos de 1817, en la zona central de Chile, Manuel Rodríguez, con astucia, valentía y un "no se qué" causaba estragos entre las fuerzas realistas, dejando como pollo a cuanto español se encontrara. El asunto de atacar con guerrillas eso sí, requería de más gente y fue así como se valió de la ayuda de un afamado bandido de la época, que infundía el miedo por ahí en Curicó, Talca y Rancagua: José Miguel Neira, corpulento, hábil con el corvo, líder nato y bastante cabroncete(si se me permite la expresión).

Ahora bien, Neira estaba un poquito tocado del mate, y a pesar de ayudar a la causa patriota, en más de alguna ocasión asaltaba al que pillara desprevenido, sin importar el bando. Fue en una de esas aventurillas en que se encontró con la horma de su zapato (o era el zapato de su horma?).

Era de noche y Neira se disponía a asaltar tranquilamente (junto a 4 bandidos) el rancho de un (humilde) campesino llamado Florencio Guajardo(que se encontraba con su mujer), este último, al escuchar ruidos apagó el candil(esas lamparitas viejas) y se ubicó astutamente en la entrada de su pieza, armado con un garrote y un chuzo. Al primero que entró desprevenido bam! chao pierna, de un solo chuzazo el bueno de Florencio la rompió. Mientras sacaban al herido Neira(no se si decir hozada o estúpidamente) metió su humanidad en la pieza para acabar con el rebelde y bam 2.0! chuzazo en el cráneo, cortesía del bueno de Florencio, que era ágil y fuerte(y valiente!). Neira quedó inconsciente y con una cicatriz que lo acompañaría hasta el último de sus días, en cuanto al bueno de Florencio salió arrancando (quizá al darse cuenta a quien le había machacado la cabeza).

Pasado un tiempo Neira se repuso y un buen día de esos se topó con Florencio(el bueno de Florencio), y rodeándolo con sus bandidos le dijo que su último día había llegado(o "hasta aquí no más llegaste cabrito"). Florencio Guajardo, al verse atrapado increpo a Neira diciendo que no era ninguna hazaña atacarlo con tanta gente,( hasta se escuchó un "no seai longi y pelea solito gil culeco", dicen por ahí). Sorpresivamente Neira respondió a esto entregándole un sable a su rival y él tomando otro. Ahí el asunto se puso bueno y después de unos minutos de estocadas cuáticas, Florencio, asumiendo con propiedad el papel de bueno pa la mocha, le regaló otro tajito en la cara a Neira. Entonces se detuvo la pelea, y Neira, reconociendo que está frente a un verdadero hombre, abrazó al bueno de Florencio y lo dejó ir sin ningún daño.

No hay comentarios.: