jueves, 26 de febrero de 2015

Pasiones

Las pasiones no conocen de razón, podemos entender completamente lo mal que nos puede hacer el seguirlas, podemos estudiarlas y diseccionarlas, pero cuando nos enfrentamos a una tentación de ese tipo, el razonamiento es lo último que pasa por nuestra cabeza. A fin de cuentas la única forma de vencer las pasiones es vivir apasionadamente por Dios.