Emprendía con ansias escaladas a los más altos cerros, pero una vez arriba, no se atrevía ni siquiera a mirar al vacío, pues el miedo a morir, o más bien, el miedo a vivir realmente lo frenaba.
¿Pero que temía realmente? ¿Hacerse daño?¿Morir? o ¿Quizá era el simple hecho de sentirse incapaz y darse cuenta, al saltar, que no sabía volar?
Su verdadero miedo era a perder el sueño, que siempre estaba ahí, pues creía que si lo intentaba y fracasaba, en su interior estaría al fin cien por ciento seguro, que jamás volaría.
¿Solo soñar con los sueños o luchar por alcanzarlos?... Quizá al luchar no los alcanzaremos todos, pero luchar por ellos, eso es lo realmente que vale y lo que nos permite vivir de verdad.