domingo, 20 de octubre de 2013

Reflexionando un poco

Si fuera el doble de inteligente y la mitad de estúpido de lo que soy, ahora estaría planeando mi viaje al mundial de Brasil jajaj... Pero! probablemente no hubiera podido aprender ni un cuarto de lo que he aprendido hasta ahora(no me refiero a conocimiento académico)... quizá sería feliz, el doble, el triple, pero con más hoyos existenciales que un colador, o sea una felicidad vacía a fin de cuentas. Quizá ahora estoy triste, pero tengo esperanza, amor y fe, tengo un apoyo mayor, que ni siquiera merezco, de mucha gente y de Dios. "Que hubiera pasado si..." es una tontera que perturba siempre mi corazón, pero me tranquiliza que todo tiene su tiempo bajo el cielo, si Dios ha guiado mis pasos hasta aquí y he vivido lo que he vivido por algo será. ¡Cómo me gustaría aprender a amar sin medida!, desprenderme completamente de mí, de mis necesidades y placeres, y ser solo un servidor de Dios, de la gente que lo necesita, de aquellos que están desesperanzados, aquellos que se odian a si mismos o sufren por causas injustas, aquellos que viven solo por vivir. ¡Qué cosa más complicada es el corazón humano! Si lo dejamos desatarse completamente tal cual es, con esa naturaleza animal, solo buscará la propia satisfacción y si lo aprisionamos del todo solo encontraremos insatisfacción.
La transformación del corazón viene del Padre, nos da la oportunidad de ser mejores, de amar como realmente debemos amar, ¿Por qué será tan difícil dejarlo o dominar mi ser? hay una lucha interna, en cada instante en nuestra alma, buscando hacerse con nosotros, ese materialismo, ese hedonismo no se rinde así nada más, si doy por ganada la pelea probablemente caiga. Dios nos da apoyo en cada tropiezo, como un padre amoroso y comprensivo, pero creo que debemos aspirar a mostrale como somos capaces de caminar firmes a su lado y ayudar a otros que sufren las mismas aflicciones.

Hay anhelos que Dios puso en nuestros corazones desde que llegamos al mundo y ahí estarán por el resto de nuestras vidas, a veces los evitamos, o nos olvidamos de cierta forma de ellos, por lo general se manifiestan más sinceramente cuando somos niños, cuando el mundo aún no nos ha llegado de lleno en la cara(aunque la verdad hay miles de niños a los que deben soportar el peso del mundo desde que nacen). Dios quiere que sigamos estos anhelos, por algo los plantó en nosotros, nos invita a ser libres, a amar, amar lo que hacemos... en fin, no se que conclusión darle a este pensar, así que: adiós.

No hay comentarios.: